¿Cómo perdonarte a ti mismo? En el artículo anterior hablamos de aceptarnos a nosotros mismos, por medio del cambio y, de la importancia de tener un diálogo interno positivo. Pero, durante ese proceso también, podemos pasar por una sensación de culpa. Al darnos cuenta y aceptar los errores que hemos cometido.
Todas las personas nos equivocamos. Todos de manera consciente o inconsciente, hemos lastimado a alguien más en algún momento. Decir que no lo hemos hecho, es como pensar que somos seres perfectos, que nacemos con todos los conocimientos. Cosa que, por supuesto, no es así.
Tipos de culpa y perdonarte a ti mismo por ello
Entonces, durante este trabajo de introspección nos vamos a encontrar con dos tipos de culpa.
La primera. Es cuando lastimamos a alguien o hacemos algo que consideramos incorrecto. Nuestra primera reacción, podrá ser negar el evento. Justificar nuestras acciones. O, sentir que somos las peores personas. Aunque, lo mejor y más sano que podemos hacer es, simplemente darnos cuenta de que en ese momento no teníamos información suficiente para actuar de otra forma.
Si ahora, con toda la información y todo lo que aprendimos de la situación, estuviéramos de nuevo frente a algo similar, seguramente lo haríamos diferente. Estamos creciendo y estamos aprendiendo.
Por lo tanto, cambiar nuestra actitud frente a eventos similares, ya habla del aprendizaje que hemos adquirido.
La segunda. Que puede ser la culpa más difícil de solucionar. Es cuando no puedes perdonarte a ti mismo por aquello que has permitido. Cada vez que algo nos sucede, tenemos una parte de responsabilidad. Entonces, creemos que culpando a las circunstancias o a otras personas, nos vamos a sentir mejor. Con esto, únicamente estamos evadiendo dicha responsabilidad. Y con ello, estamos evitando y negandonos a nosotros mismos la posibilidad de perdonarnos.
Mientras más grande sea nuestra necesidad de ponernos en el lugar de víctimas, más difícil nos será perdonarnos y por supuesto, nos costará mucho sentirnos en paz con ese evento.
Aceptar nuestra responsabilidad
Cuando no aceptamos nuestra responsabilidad en aquello que nos ocurre.
En primer lugar, es como decir que no somos capaces de tomar nuestras propias decisiones. Que permitimos que los demás sean los que dirijan el rumbo de nuestras vidas. Lo cual es totalmente falso.
Nadie mejor que tú sabe lo que es mejor para ti.
Y, en segundo lugar. Estamos negandonos a nosotros mismos la atención que necesitamos para sanar. Para dársela a aquella persona que nos ha hecho daño. Eso es como intentar curar al otro por la herida que nos ha provocado. No tiene ningún sentido.
No es importante perdonar para que la otra persona se sienta mejor. Quizás ni siquiera le importa. Es importante perdonar para poder vivir libres de esas emociones, que solo nos causan tristeza, culpa e insatisfacción.
Lo anterior no significa que, si alguien nos ha hecho daño, es 100% nuestra culpa. Simplemente, nos concentramos en nuestro desarrollo personal. Centramos toda nuestra atención en lo que realmente nos va a ayudar a sentirnos mejor, a crecer y a aprender de la experiencia vivida.
Habrá situaciones demasiado complicadas en las que será muy difícil manejar los temas de culpa y perdón por nosotros mismos. Para ello, tendremos que buscar apoyo emocional con algún profesional.
Conclusión
Es muy importante aprender a gestionar nuestras emociones de una forma adecuada. Cuando no lo hacemos de la manera correcta, todos estos sentimientos se pueden quedar estancados en nuestro interior, y nos impedirán disfrutar de una vida emocionalmente sana.
Vivir arrastrando cosas que pasaron hace años llega a ser demasiado doloroso. Además, al poner atención en esos eventos, estamos perdiendo la posibilidad de disfrutar las cosas que tenemos en el presente. De trabajar en ser mejores para un futuro y sobre todo, estamos desperdiciando la oportunidad de llevar una vida en paz.
Entonces, para aprender a perdonarte a ti mismo, también es necesario aprender a soltar aquellas cosas, personas y situaciones que te impiden avanzar. Sobre eso, hablaremos en el siguiente artículo.