Comunicarnos de forma asertiva. En el artículo anterior hablamos sobre la importancia de reconocer nuestros límites. En este, hablaremos de cómo podemos comunicarnos de una forma adecuada.
La comunicación es aquello que nos hará tener relaciones sólidas en nuestra vida. Cuando no logramos una comunicación adecuada con las personas que nos rodean, dichas relaciones comienzan a deteriorarse.
Por lo tanto, una vez que hemos identificado realmente aquello que nos gusta y aquello que nos molesta. Deberíamos de expresar estas situaciones, sin lastimar u ofender a los demás.
¿Cómo comunicarnos de forma asertiva?
Para tener una buena comunicación es necesario que aprendamos tres puntos:
- Evitar señalar a la persona. En lugar de eso, señalaremos la acción que la otra persona ha realizado. Por ejemplo: evitaremos decir “tú eres un mentiroso”. Y diremos: “cuando mientes”. Esto es importante, porque cuando señalamos a la otra persona, se siente agredida y reacciona de la misma forma.
- Explicar claramente la emoción que sus acciones nos producen. En lugar de decir: “tú dañas a todos”. Diremos: “cuando mientes, me siento decepcionada (o), traicionada (o), utilizada (o), etc.” Así, la otra persona tiene la oportunidad de sentir empatía y darse cuenta de aquello que sus acciones nos producen.
- Evitar generalizar. En lugar de decir “tú eres un mentiroso, siempre mientes y dañas a todos”. Diremos: “esto que me has dicho, me ha hecho sentir (emoción). De esta forma, nos permitimos solucionar un tema en concreto, en lugar de pretender arreglar toda una historia de mala comunicación.
Para comunicarnos de forma asertiva debemos evitar:
- Hablar cuando estamos enojados. Esto parece algo muy obvio, pero algunas veces, no lo hacemos. Cuando estamos molestos, nos volvemos menos racionales. No aceptamos razones. Y, tendemos a levantar la voz o insultar. Así que, si nosotros, o la otra persona está molesta, vamos a evitar hablar del tema, hasta que sea el momento adecuado.
- Despreciar o humillar a los demás. Hay muchas formas de despreciar a los demás, no solo con adjetivos. Cuando hacemos eso, la otra persona siente que hay algo malo en ella. Al final, terminará por alejarse de nosotros, ya que, no hemos sido claros en señalar sus acciones y pensará que nada de lo que haga va a ser suficiente para cambiar o remediar la situación. Además, de que sentirá que no es lo suficientemente importante o valiosa para nosotros. Cuando hablamos de niños, esto puede dañar su autoestima durante mucho tiempo, incluso en la edad adulta.
- Comparar. Cuando comparamos a las personas. Lo único que logramos, es, como en el punto de arriba. Que la otra persona sienta que el problema es ella. Y que, con el tiempo deje de esforzarse por mejorar su relación con nosotros.
Otras cosas que debemos evitar son:
- Mentir. Mentir no es solamente cambiar la versión de los hechos. A veces, cuando algo nos molesta, mentimos. Ya sea para evitar problemas, por miedo o vergüenza. Pero si algo no está bien, debemos de respetar nuestros límites y decirlo.
- No digas que ya le has disculpado, cuando en realidad, sigues estando molesta (o), triste, etc. Porque la otra persona va a creer que es verdad. Y no, no se dará cuenta, porque está creyendo y confiando en ti y en lo que le dices.
- Insistir en problemas que pasaron hace tiempo. Lo mejor que podemos hacer es, hablar del tema una sola vez, aclararlo y dejarlo en el pasado, que es a donde pertenece. Hablar de cosas que pasaron hace diez años una y otra vez, no va a resolver nada. Mucho menos va a cambiar el evento. Si no podemos dejar eso atrás, entonces, debemos decirlo y buscar ayuda para solucionar el tema.
- Asumir. Debemos de basar nuestro juicio únicamente en lo que la otra persona nos ha comunicado. En lugar de, asumir cosas que, solamente nos han pasado por la imaginación. Cuando hacemos esto, distorsionamos toda la realidad y le damos un sentido completamente equivocado a la situación. Esto nos lleva a acusar a los demás de algo que, probablemente, ni siquiera ocurrió en realidad.
Conclusión
Hay muchas cosas que podemos hacer para comunicarnos de forma asertiva. No siempre es fácil, ya que, depende de la educación que recibimos cuando niños. Pero, cuando realmente queremos ser mejores personas, nos vamos a esforzar. Vamos a identificar aquellas cosas en las que estamos fallando y vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para evitarlas. Cambiar es posible, es un hábito. Y, como todos los hábitos, requiere tiempo y dedicación.
Ahora, ya hemos reflexionado sobre aquello que podemos hacer para ser mejores emisores. En el próximo artículo hablaremos sobre aquello nos hará ser mejores receptores.